La isla de Alice

La isla de Alice (web) es una obra narrativa contemporánea de Daniel Sánchez Arévalo, finalista Premio Planeta 2015, enmarcada como novela negra | Thriller.

Puede que sepas dónde empiezan las mentiras, pero nunca donde acaban. Una absorbente historia que no querrás dejar de leer.

La isla de Alice es la primera novela para adultos del director, guionista, productor y también escritor Daniel Sánchez Arévalo. 

La obra consiguió ser finalista del Premio Planeta 2015 y, según declaraciones del propio autor, la escribió mientras intentaba superar el dolor por la muerte del Héctor Colomé, el segundo marido de su madre y una persona a la que él quería y apreciaba mucho. 

La satisfacción que sintió al ver concluida la obra, la hace calificarla de su mejor película y su gran deseo es que algún día, Amenábar la lleve a la gran pantalla.



La obra tratar de una mujer que, a sus 33 años, pierde a su marido en un trágico accidente de coche. Aunque siempre había considerado que tenía un matrimonio estable y basado en la confianza mutua, el hecho de que el siniestro tuviese lugar en un punto muy alejado del que se suponía que debía estar su marido, la confunde hasta tal punto que llega a dudar de los últimos años de su vida. La idea de que su marido le hubiese sido infiel la obsesiona y empeñada (o emparanoiada) en conocer la verdad, dedica las últimas semanas de embarazo a trazar la ruta que en realidad hacía Chris.

Utilizando la mentira, la pena y comprando grabaciones de cámaras de vigilancia, consigue llegar a Robin Island con algún que otro percance. La belleza la embarga y, al mismo tiempo, le provoca nuevas dudas. ¿Qué buscaría Chris en un lugar como ese? Alice, que ya tiene cierta experiencia en las actividades de espionaje, perfecciona su técnica y llega a utilizar sofisticados artilugios que le proporciona su amigo Antonio, un inmigrante que ha abandonado su España natal después de descubrir la infidelidad de su mujer. Antonio, el personaje que me resultó más simpático de toda la obra, se convierte de esta manera en el cómplice que proporciona asesoramiento y recursos a Alice.

Con el objetivo de ocultar sus verdaderas intenciones, nuestra protagonista se reinventa su nueva realidad. Se muestra cauta, recelosa y desconfiada. Vive encerrada en la burbuja que se autoconstruye y no permite que nadie se acerque a ella. Se obsesiona con su búsqueda y tarda cierto tiempo en percatarse del comportamiento maniático que está contagiando a su hija Olivia. En mi opinión, en diversos pasajes de la obra, da la sensación de que la protagonista ha perdido la cordura y, sin embargo, al momento se plantea un comportamiento más racional Busca pista que la llevan a callejones sin salida, se inmiscuye en la intimidad de sus vecinos hasta el punto de conocer sus más inconfesables secretos y se justifica considerándose la persona que vela y cuida de ellos.

Para terminar, quisiera decir que la obra no llegó a engancharme del todo.  No está mal el comienzo de la trama y tiene un final vertiginoso pero las tres partes intermedias de la obra (casi 475 páginas), colmadas de debates internos, autorreproches y justificaciones de la protagonista, se me hicieron extremadamente cansinos y pesados

El argumento

Con una hija de seis años y en su séptimo mes de embarazo, Alice William pierde a su marido en un trágico accidente de coche. Aunque Chris nunca le había mentido, la tragedia sucede en un lugar muy alejado de donde se suponía que él debería estar, por eso, Alice empieza a cuestionarse su aparentemente cómoda y tranquila vida familiar.

Con multitud de dudas en su cabeza, visita el lugar del accidente. Al otro lado de la carretera, ve una gasolinera con cámara de vigilancia que le da una idea para emprender su investigación. Alice convierte las imágenes en sus aliadas para seguir un rastro que la llevará hasta Robin Island, una pequeña isla de Cape Cod.

Poco tiempo después, Alice se trasladará junto con sus dos hijas a la isla. Desea conocer el motivo que llevó hasta allí a Chris pero es incapaz de preguntar abiertamente por él. Convierte el desván de su nueva casa en el centro neurálgico de operaciones y allí elabora su propia lista de sospechosos y un plan de vigilancia individual. Mientras aguarda algún resultado positivo, Alice cumple con sus obligaciones de madre de la pequeña Ruby y de la cada vez más obsesiva Olivia. ¿Hasta qué punto no habría sido más fácil preguntar directamente por Chris?


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